Huehuetla resiste entre escombros y abandono tras el paso de las tormentas

En la Sierra Otomí-Tepehua, el municipio de Huehuetla, Hidalgo, vive una de sus peores crisis tras el paso de las tormentas “Priscilla” y “Raymond”. Más de mil 800 personas han resultado afectadas por deslaves y el desbordamiento del río Huehuetla, que arrasó viviendas, destruyó caminos y dejó sin servicios básicos a toda la población.

Las comunidades permanecen incomunicadas, sin electricidad, agua potable ni acceso a alimentos. La escuela primaria Benito Juárez, ubicada en la cabecera municipal, quedó inutilizable, mientras los accesos a la región continúan bloqueados por derrumbes, impidiendo la llegada de ayuda humanitaria. Una vecina relató que protege a sus hijos bajo un techo improvisado, sin comida ni luz, a la espera de auxilio.

En redes sociales, los pobladores han difundido videos en los que piden ayuda con urgencia. Acusan a las autoridades de los tres niveles de gobierno de no haber emitido alertas previas, a pesar del riesgo evidente, lo que pudo haber evitado gran parte del desastre. También señalaron la ausencia de la presidenta municipal Yaralén Cortés Mendoza, de quien dicen no haber recibido ningún tipo de apoyo ni información oficial.

La única fuente de electricidad que permanece operativa es una planta comunitaria, pero el combustible está por agotarse. Por ello, los habitantes han solicitado donaciones de gasolina a pueblos vecinos, incluso “aunque sea un litro”, para mantener la comunicación con el exterior.

Sin apoyo oficial y con escasos recursos, Huehuetla sobrevive gracias a la solidaridad entre vecinos y la esperanza de que alguien escuche su clamor antes de que la situación empeore.